Si su hijo ha asistido al reciente concierto del "Indio Solari" podría regresar a casa con algo más serio que una quemadura por el sol. De acuerdo a una investigación llevada adelante por la fundación "Hagamos Felices a Los Niños" lo más probable es que haya consumido múltiples dosis de una droga homo-erótica cuyos efectos incluyen quitar las inhibiciones y promover las orgías anales masculinas. Esta droga se consume mediante una pipa improvisada con desechos como latas de cerveza o envases de Ventolín.
La misa negra, como suelen llamar a estos shows del ex vocalista de los Redonditos de Ricota, y lo que los rodea, son un guiso de varios días entre traslados y espectáculos, donde lo que reina es la vagancia, la ingesta de comida inapropiada y la exploración sexual de proporciones catastróficas para un ano juvenil inexperto.
Tan horrorosa es la experiencia que el recto del muchacho podría desarrollar impulsos de deseo (vértigo anal en la jerga homogay, presencia de satanás en la jerga cristiana). El efinter siente la necesidad del miembro de otro hombre por puro placer y no por razones disciplinarias. Recordemos que el sexo anal por razones de disciplina no es aceptado, pero muchas veces sucede en la naturaleza y en las cárceles y podemos considerarlo un "error de desarrollo" que se soluciona con el parche de la oración.
Estos comportamientos son desarrollados aún durante la cacofonía del artista en cuestión, que recordemos es poseedor de una gran indulgencia anal. Los padres tienen también su parte de culpa ya que estas cosas suceden cuando dejamos a nuestros hijos expuestos a empresas de lavado de cerebro homogays como Apple.
Según he podido relevar, hay más hombres hurgando en el ano de otros hombres durante el show que en todas las marchas del orgullo homogay combinadas, incluyendo todos los países de América del Sur. Esta cuenta es sencilla y representa más de tres millones de testículos pecaminosos.
Queridos amigos, no crean que tengo algo en contra de la gente homogay. Esto no es así. Estoy en contra de los espectáculos de música que son fachada para violar la inocencia de nuestros jóvenes.
Ahora lo importante. Para averiguar si su hijo ha sido convertido simplemente debe olfatear sus dedos con minuciosidad. Lo que buscamos aquí es el más tenue olor a materia fecal. Si detecta algo así estamos frente a un caso de duda razonable y una cita con el Reverendo debe ser hecha con urgencia.
Para confirmar la sospecha, mire directamente a los ojos del joven y pregunte con franqueza: "hijo, ¿has sido tentado a fornicar con otro hombre y has permitido que su pene se endurezca en tu ano?" La reacción esperada aquí es que sin bajar la mirada responda de manera directa "No mi padre, no lo he hecho". Cualquier otra cosa no son más que malas noticias: su hijo ha estado retozando en la miel del placer anal y se ha condenado al infierno donde sus dientes chirrearan por siempre jamás.
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