A lo largo de América Latina, hay hombres que se avergüenzan y preocupan cada vez que son vistos en público con su mejor amigo, su perro. En lo profundo de sus corazones, saben que en cualquier momento su perro puede crear una exhibición pública de homosexualidad: lamer frenéticamente un hueso de pollo desechado o pavonearse con la cola vertical mostrando su arrugada parte trasera. Las miradas indiscretas de los transeúntes disgustados pueden causar gran vergüenza e incluso crear rumores sobre la sexualidad del propietario.
Como todos sabemos, el perro y su amo tienden a actuar de la misma manera conforme pasa el tiempo y es justamente por esta razón que es necesario saber si su perro es gay.
En este artículo se comentan una serie de conductas que podrán ayudarle a definir, más allá de toda duda razonable, si su mejor amigo es o no un “homocan” y evitar que conductas homosexuales se incorporen en su vida paulatinamente. Es probable que si su perro es gay este tipo de conductas sean evidentes en usted pero sus amigos y familia estén demasiado avergonzados como para hacérselo notar.
En este punto es importante que sepa que usted no está solo. Los científicos estiman que más del 30 por ciento de la población canina es secretamente gay. Esta nueva pandemia socio genética no es limitada ni exclusiva. En lo que algunos científicos pueden clasificar apresuradamente como un inocente juego de rol canino para establecer quién es el "macho alfa" el propietario que observe con cuidado notará la homosexualidad rampante y flagrante de su mascota.
La imagen de arriba muestra algunos caninos participando en el ritual de cortejo. En estos ambientes es común encontrar perros “activos” y “pasivos” definición vernácula que es común tanto a la comunidad homosexual estándar como a la comunidad de jugadores de rugby.
1) Inhala religiosamente el “agujero negro” de otros caninos machos cuando lo lleva al parque para perros como saludo
Hay una línea muy delgada entre la decencia y el libertinaje en la manera de saludar de cualquier homosexual, independientemente de la especie. Dentro de los perros, sin embargo, notará mucho ímpetu e intimidad si quien saluda es un perro gay. Si encuentra que su perro introduce profundamente su nariz en el trasero de un Boxer o de un Pastor Alemán, es probable que su perro practique la homosexualidad. No se debe confundir este comportamiento con el dominio de macho alfa.
Si usted se encuentra un día en el vestuario del gimnasio frotando lentamente una toalla por su nariz, con la cuál previamente se secó su zona púbica es muy posible que el comportamiento de su mascota gay se le apegara y ahora sea gay friendly o aún peor un tenga lo que llamamos “curiosidad gay”. Tenga mucho cuidado.
2) Uso obsesivo de la lengua para higienizarse, especialmente en lo que se refiere a los genitales escrotales.
Los perros “anormales” son quisquillosos con lo que se llevan a la boca, si algo está rancio o no sabe bien, sacarán su lengua velozmente para escupir con saña lo que no quieren tragar. Sin embargo el comportamiento cambia rotundamente si el sabor del bocadillo les agrada. De la misma forma en la que los hombres homosexuales no se cansan de poner mantequilla salada en sus palomitas de maíz en el teatro, un perro gay no se cansa nunca de lamer su región escrotal. Esto es probablemente debido al "sabor" que el perro prefiere, ya sea de sí mismo o de otro.
A veces puede que pienses "¿Mi perro tiene sarna, por qué se lame tanto?” La sarna es poco común, la homosexualidad no lo es. Cuando nos enfrentamos con dos opciones obvias, la más evidente y probable es la verdadera. Si su perro es un aficionado al sabor salado es evidente que nos encontramos frente a un perro gay.
3) Se excita demasiado momentos antes de movilizar el intestino
Los gays tienen una cierta comodidad y familiaridad con la materia fecal. Es algo que viene con el territorio. Cualquier gay que se precie de tal no rechaza a nadie por un poco de salpicadura intestinal aquí o allá, todo es parte de la naturaleza de ellos y en algunos casos puede causar incluso aumento de la excitación. Dentro de la comunidad de perros gays el juego fecal funciona de la misma manera. Un perro gay se pondrá frenético y emocionado cuando tenga que salir a la calle para dejar su maloliente materia. Usted seguramente pensará: "¡Vaya a mi perro le gusta mucho salir de paseo a defecar"
Si te encuentras pensando eso de tu perro simplemente estás siendo testigo de lo que el sociólogo Sigmund Freud observó hace tiempo. Un perro puede ser bipolar en sus expulsiones intestinales oscilando violentamente entre un perro de evacuaciones ordenadas, pequeñas, precisas y prolijas sólo en el césped, a un perro que aúlla con entusiasmo mientras maliciosamente desata un desordenado, desorganizado, imprudente y negligente defecación sobre el tapizado de cuero de su BMW, a sólo unas cuadras de distancia del parque para perros.
No importa el tipo de personalidad, un perro que se entusiasma por salir a movilizar el intestino está mostrando signos muy claros de homosexualidad, en un sentido freudiano.
4) Expresa signos de “bañofilia” de gato, es decir, un experto de caca de gato.
Además sentir placer físico de cualquier cosa relacionada con los intestinos, un perro gay incluso desarrolla un paladar para las heces, especialmente cuando se trata de un gato. ¿Alguna vez has encontrado a tu perro pasando su lengua dentro de la caja de arena del gato? tal vez fuiste testigo de cómo con vergüenza se relame tratando de quitar rápidamente la materia arenosa que se pegó en su lengua debido a su capricho fetichista.
Lo que una caja de chocolate es para una mujer, una pepita de caca de gato es para un perro gay. La ciencia encuentra que los perros afeminados experimentan en realidad una explosión repentina de endorfinas al comer la materia fecal gatuna. Aunque los resultados aún no son concluyentes sobre si este mismo resultado es válido para los seres humanos, probablemente no es una coincidencia que las tiendas de sexo estén vendiendo tangas gay hechas de carne seca comestible que son muy populares en esta temporada de Navidad.
5) Se vuelve loco por la mantequilla de maní
Todo el mundo sabe que el mundo gay es bastante antinatural por lo que puede parecer natural que un perro gay disfrute de una lamida salada o excrementos de gato.
¿Su perro se vuelven loco por la mantequilla de maní? Si es así, la ciencia vuelve a demostrar que es muy probable que sea gay. La mantequilla de maní tiene un lugar especial en el mundo de la homosexualidad. Es pegajosa, a la vez que es rígida, pero también es suave y sin embargo su sabor intenso puede alterar totalmente el sabor de cualquier parte del cuerpo.
Si no está seguro si a su perro le gusta la mantequilla de maní, realice una sencilla prueba. Unte con mantequilla de maní un objeto que su perro deteste, por ejemplo la aspiradora. Si su perro no puede resistir acercarse a lamer contra todo pronóstico y superando el miedo, tenga cuidado ya que está mostrando una vez más una tendencia gay. Del mismo modo, si usted se encuentra comiendo demasiados bocadillos de jalea y mantequilla de maní en el almuerzo, y no es un niño en edad escolar, es el momento de reevaluar su vida y preguntarse si habrá un problema de sexualidad en lo profundo del hogar.
6) Disfruta de los disfraces frufru que tu novia le escoge
Cada dueño de perro sabe que es un negocio riesgoso tratar de vestir a su mejor amigo con un apretado traje cursi. Hay una sencilla razón por la cual es muy raro encontrar un rotweiler con dientes de acero o un gran danés sobre desarrollado usando trajecitos y moños en el pelo. Incluso un perro vergonzoso para un hombre como un jack russell terrier pequeño dará batalla y protestará si se le obliga a usar cualquier tipo de cosa más allá de su olor natural y abrigo.
Aun cuando haya tenido la maldición de ser un bichon frisé, un perro de verdad luchará, morderá y mutilará si es necesario para evitar ser vestido como un ícono de la moda. Si su perro pesa menos de 5 kilos, probablemente sea gay para empezar, y no debe sorprenderse por su comportamiento. Si su perro pesa más de 5 kilos y está permitiendo que lo vistan y lo paseen como un gato de balneario sin protestar, puede ser el momento de preguntar a su perrera local que trámite debe seguir para poner su perro en adopción.
7) Arquea torpemente la espalda y arrastra su ano contra el suelo como si fuera una competencia de ski.
Las enfermedades intestinales gay se producen exclusivamente en los perros pasivos, es decir, los destinatarios de cualquier monta que tiene lugar. Las glándulas anales de los pasivos a menudo se inflaman haciendo que se sienta incómodo después de estar sentado en un lugar durante un período prolongado de tiempo. Cuando se le pregunta si está bien, el pasivo responderá “Oh si, son solo hemorroides”. Ese es un término comodidad para “mis glándulas anales están llenas de pecaminoso líquido".
Del mismo modo, si su perro disfruta de que lo monten mientras se hace el distraído en el parque para perros, su veterinario tendrá la desagradable tarea de limpieza anal en cada chequeo. Mientras su veterinario está realizando esta desagradable tarea usted mire profundamente a los ojos de su mascota y verá que más allá del teatral quejido, lo está disfrutando. Eso no es correcto o moral, es un perro gay de armario.
8) Se agacha a orinar en vez de levantar una pata.
El macho orgulloso de sí mismo y de su sexualidad lo primero que hace en la mañana es ir al baño a dar rienda suelta a primogenitura carnosa de sus antepasados ancestrales, haciendo saber al resto de los habitantes de la casa, mediante la propagación del sonido, quién es el jefe. Potente y continuo, ruidoso y audaz. Esa es la única manera en que un hombre debe liberar su vejiga por la mañana.
Desafortunadamente dentro de la homosexualidad el orgullo se sustituye con el refinamiento exquisito de la realeza británica. El homogay es inseguro a la hora de usar su instrumento, trata de crear la menor cantidad de ruido posible en la taza y al igual que un perro gay se sentará para orinar. Si usted encuentra a su perro o a usted mismo en esta situación puede ser momento de la intervención de un consejero. Nunca es demasiado tarde para detener la creciente homosexualidad en su casa.
9) Terror de la hora del baño.
Los gays se deleitan con su olor a almizcle natural: el aroma y la suciedad es algo primordial en su sexualidad, es un principio central de la cultura gay. Cuando su perro se excita desenfrenadamente con un objeto inanimado, probablemente lo hace debido a que ese objeto huele mal o junto demasiada tierra. Cuando usted amenaza con quitarle el núcleo de su ser, su olor, el perro gay protestará y llorará, porque no quiere perder “una parte de sí mismo”. Este curioso comportamiento no es exclusivo de los perros sino también de los hombres. ¿Alguna vez ha olido su propia flatulencia arrimándolo delicadamente hasta la nariz con una mano o metiendo la cabeza debajo de la sábana? ¿Quizás se deleita con en el almizcle impregnado en sus boxers? Si usted encuentra la que la respuesta a estas preguntas vergonzosas y vulgares es “sí”, otra vez, usted y su mejor amigo se van por el largo camino de la homosexualidad.
10) Se niega a “montar” la pierna de tu mujer lo hace siempre con la tuya.
Éste es autoexplicativo.
11) Si inhala fuerte luego que el perro despide una flatulencia siente olor a bayas.
Una vez más, la cuestión del contenido intestinal y la anatomía juegan un papel clave en la comunidad gay. Los gays de gama alta, a menudo se encuentran viviendo en Barrio Norte, Punta Carretas o Punta del Este y se dedican a la degustación. Simplemente, consumen cantidades masivas de vinos de gama alta y bayas, es por esto que cuando se desgracian suele salir de su región anal un aroma a bayas perfumadas. Los perros de estos hombres (entre los cuales muchos de ustedes pueden identificarse) tienden a mostrar las mismas tendencias. Los psicólogos especulan que los hombres que comen una dieta rica en frutas y vino pueden incluso no darse cuenta de que están pisando la homosexualidad, preparándose para ser golpeado en por un activo pícaro después de una noche de advocado, canapés y cerveza helada en la cantina local.
12) Cuando le lame el rostro su aliento huele a materia fecal.
Un perro gay se lanzará sobre usted para lamer su rostro. Este comportamiento agresivo es muy común también en los clubes gay, encontrándose tan a menudo como un martini bien agitado o un tipo con tatuajes. Si su perro se las arregla para lamer su cara y usted nota que su aliento huele como el subte en enero a hora pico pude estar seguro que tiene un problema de sexualidad.
13) La manta del perro vuelve a apestar solo dos días después de bañar al can.
Como se mencionó antes, un perro gay no tomará a bien perder su aroma. El olor penetrante a animal mantiene sus jugos fluyendo, su primacía con vida. Y no importa la cantidad de perfumes, baños de pepino y moisturizers que page para su perro Usted encontrará que sus tendencias homosexuales salen a la superficie. Sólo al cabo de unos días, el olor natural de su perro va a volver. Inhale fuerte cerca de su cucha para saber si la homosexualidad entró en su hogar.
Comentarios
¿Es posible que mi perro pueda ser perdonado y curado de sus horribles inclinaciones? ¿Debo forzarlo a que se restriegue contra la pierna de una mujer? ¿Lo llevo a confesión a la iglesia?
¿Cree usted que mi perro será perdonado por sus pecados?
Llevo dos noches desvelandome por esta preocupación. Pesadillas en las que mi perro comete actos impuros con un semejante azoran mi mente en la perturbadora noche, dejándome un terrible sabor de boca y un único pensamiento:¿Es el sacrificio la opción más razonable?
Conteste lo antes posible reverendo, si puede ser, no soporto esta terrible agonía que me está sumergiendo en una oscuridad estremecedora.
Gracias Reverendo por su entrada.